voces desiertas

Octubre del 2007


Publicado el 31 de Octubre, 2007, 21:01

siesta

el agua del aire acondicionado
repiquetea insistente
sobre el alero
tus dedos
sobre mi espalda
siguen a la perfección
el ritmo de su caída

nada sabemos ya
sobre el devenir del agua
apenas si podemos presentir
a dónde derivará
el sutil movimiento
de tus dedos

Paula Aramburu, octubre 2007

Publicado el 30 de Octubre, 2007, 22:36

   Eduardo Casar nace en la ciudad de Méjico en 1952. Es poeta, escritor, ensayista, profesor de la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y de la Escuela de Escritores de la SOGEM. Ha publicado varios libros de poesía,  cuentos para chicos y una novela. Es también conductor de los programas culturales Voces interiores en radio, y La dichosa palabra, en television. Hace unas semanas, leyó sus poemas en el XV Festival Internacional de Poesía. El que aquí transcribo pertenece a su libro Habitado por dioses personales, Editorial Calamus (Méjico, 2006).

Todo te pertenece

"No es construir el puente lo difícil
sino pensar que pueda sostenerse
indefinidamente, las dos orillas establecen
el pacto de encontrarse a la mitad del aire,
a la mitad del río, y se tensan y llegan
a los brazos del otro, y su abrazo es el puente
por el que pasan cargamentos de frutas y de flores,
juramentos, colores que no existían en las orillas sueltas,
y el puente ya es la meta del planeta,
su tensa instrumental desaparece,
pero la orilla cambia, disminuye el peralte,
las raíces se cansan y se desentretejen,
sueltan el borde que estaban sosteniendo con esa inverosímil
energía de la inercia, surgen grietas en las zonas
que antes no las tenían,
se cae la fronda de la respiración, el material del puente
se fatiga y el puente

se desprende del puente".

Publicado el 27 de Octubre, 2007, 22:44

 Hace unos días les comenté que estaba leyendo a Sándor Márai, y es tal la cantidad de párrafos que he subrayado tanto de La mujer justa como de El útlimo encuentro, que me resulta muy difícil elegir uno sólo. Pero como por algo tengo que empezar, me deicidí por este fragmento de La mujer justa... quizás, porque he sentido ésto muchas veces, y porque sería muy difícil que alguno de Uds. no lo hubiera sentido nunca: 

"Esa es la sensación más degradante que puedas imaginar. Cuando sientes que te falta alguien. Miras a tu alrededor sin comprender, con gesto vacilante extiendes la mano y buscas un vaso de agua o un libro... En tu vida todo está en su sitio, los objetos, las personas, las citas de la jornada: tu relación con el mundo no parece diferente. Pero te falta algo. Cambias la disposición de los muebles de tu habitación... Pero no era eso. Te marchas de viaje. La ciudad que llevas tanto tiempo queriendo visitar te recibe en todo su severo esplendor (...) Tu lo observas todo como un alumno aplicado, recorres la ciudad desde el alba con la guía en la mano, atento a cada detalle, animado por una diligencia escrupulosa, como si temieras pasar algo por alto. Tu percepción del tiempo ha cambiado por completo. Te despiertas siempre a la misma hora, parece que estás obligado a mantener un orden angustioso, como si alguien estuviera esperándote. Es evidente que se trata de eso, aunque tardes mucho tiempo en admitirlo: crees que detrás de ese orden tan rígido hay alguien que te espera. Y si eres muy diligente y atento, si te levantas temprano y te acuestas tarde, si pasas mucho tiempo entre la gente, si viajas aquí o allá, si entras en ciertos sitios, al fin lograrás encontrar a esa persona que te espera (...). Y luego, si consigues encontrarla, qué le dirás?".

La mujer justa, Sándor Márai, Ed. Salamandra, Barcelona, 2007 - Pgs. 221 a 223. 

Publicado el 13 de Octubre, 2007, 15:16

  Qué puedo decir del XV Festival Internacional de Poesía? Fueron cuatro días maravillosos, por las personas que conocí, por su calidez, por su calidad, por los poemas que tuve la suerte de escuchar, por el gran afecto y las críticas que recibí. Cuatro días inmersa en una especie de realidad paralela, donde todo lo demás, todo aquello que no hace a la poesía, quedó suspendido, momentáneamente, en otra dimensión.

Les recomiendo especialmente las entrevistas que ROSARIO ESCRIBE hizo a varios de los poetas que participaron (hay un link aquí). Y también, pueden visitar la página oficial del Festival para conocer más datos sobre ellos y leer algunos de sus poemas (www.festpoesiarosario.com.ar).  

El poema que publico aquí, lo escribí hace un tiempito y fue el que eligieron los organizadores para publicarlo en dicha página.  

Por último, gracias, mil gracias a todos los que siempre me acompañan.

De caída

tropiezo con una baldosa suelta
y caigo de rodillas en el medio
de la calle
como si tuviera que
pedir perdón
o lo que es peor
como si rezara por un
milagro

todo lo que obtengo
es la risa de algunos idiotas
y un agujero en el pantalón
que no sé remendar

Paula Aramburu

Publicado el 8 de Octubre, 2007, 22:18

 Vero Laurino, poeta y escritora de Rosario, presentará su libro Ruta 11 este lunes 15 de octubre a las 19 hs. en la Biblioteca Juan Alvarez (Biblioteca Argentina), Pje. Alvarez 1553, Rosario. En la presentación, también estará presente el editor de Vox, Gustavo López, y ella leerá algunos de sus poemas. Y como dice Vero: "habrá vino y galletitas". Acá va un pequeño anticipo, no de las galletitas ni del vino, sino de sus poemas, tan breves como filosos y precisos.

RUTA 11

"Hotel con HBO.
Viajar miles de kilómetros
para ver
los mismos programas televisivos
que en mi casa".

* * *

"La belleza estaba
en las venitas de agua
de la ventanilla del bus"

* * *

                        "Kilómetro 24
la cruz recordando el accidente"

* * *

"Los ingenieros
canalizaron el arroyo
la inundación
es la venganza"

* * *

"Le enseñé a mi hija
la fascinación por la luna"

* * *

"Los duraznos florecidos
cuando nadie los esperaba
alegría del poeta
desgracia del productor"

Verónica Laurino, Ruta 11, Ediciones Vox, Buenos Aires, 2007.

Publicado el 5 de Octubre, 2007, 15:29

   Anoche leyeron en el XV Festival Internacional de Poesía que se está realizando en Rosario desde este miércoles, las poetas Alicia Genovese (1953, Buenos Aires) y Claudia Masin (1972, Chaco, residente desde 1990 en Buenos Aires). Como si fuera poco, hasta tuvimos la suerte de que ambas estuvieran en la misma mesa, lo cual hizo de sus lecturas, de la escucha, una fiesta. Y dado que se trata de dos de mis poetas preferidas, les dejo aquí más de sus poemas para que las sigan disfrutando. 

                                                                                   

                                                                                                         

ALICIA GENOVESE

La casa en el aire
                                        junio 29


"El terreno fue desmalezado
y la tierra apareció rugosa
como la piel de un recién nacido;

apilados los troncos
dominaba la zarza en lo bajo
entré y con una vara
marqué la zona para rellenar,
poco alcaNzado por el sol
un limo informe;
al darme vuelta
vi el círculo de los árboles
donde iba a estar la casa
y permanecí en su interior
como en un campo gravitatorio;
era el aire, un soplo,
una bienvenida; concluía
un país extranjero
y el páramo invernal,
despoblado el monte
a machete, se reordenaba
con los nuevos
accesos de la luz;
supe de los lugares que te eligen
y se convierten en un centro
sólo con mostrarte
que hay tierra alrededor
que en un giro
se oxigena el futuro;
a la extensión desprovista,
me entregué, sin votos,
a esa soleada austeridad
me confié, sin liturgias;

la vara era tibia
como la primera chispa
y el comienzo, ese"

De Diario del Delta II, Química Diurna, Alción Editora, Córdoba,2004

* * *

CLAUDIA MASIN

París, Texas

"Me gustaría contarte lo que veo, hablarte
de los hoteles abandonados apareciendo de la nada
en el medio de la carretera como castillos solitarios
cuyos puentes levadizos hubieran sido
dinamitados hace tiempo. Me gustaría
contarte lo que veo pero es imposible
hallar un dolor que condescienda
a ser narrado. Vale la pena entonces,
emprender tan largo viaje para ir de un extremo
a otro del silencio? También es imposible
callar por completo: sé que terminaré por llamarte
como se llama a alguien cuando se está a oscuras,
sin el auxilio de la voz, un estremecimiento
semejante al de esas luciérnagas
que al chocar contra un parabrisas en la ruta,
se deshacen esparciendo una nube pequeña
de polvo y luz, y esa - quizás - es su idea
de un encuentro"

De la vista, El secreto (antología 1997 - 2007), Ed. Librería De la Paz, Chaco, 2006.