voces desiertas

Publicado el 7 de Diciembre, 2008, 12:49

   "Gracias a los largos días lluviosos de la estación de los monzones, la hierba brillaba con un fresco color verde y exalaba el olor salvaje que sólo puede emanar de algo que hunde sus raíces en la tierra. Justo en el centro de aquel mar de hierba, el pájaro de piedra, en una postura idéntica a la de la vez anterior, las alas desplegadas, a punto de emprender el vuelo. Pero obviamente, no había ninguna posibilidad de que volara. Esto lo sabía yo y también lo sabía el pájaro. Inmovilizado en aquel lugar, sólo le cabía esperar que se lo llevaran a algún otro lugar o que lo derribaran. El pájaro no tenía ninguna otra posibilidad de abandonar el jardín. Lo único que allí se movía era una mariposa blanca fuera de estación que revoloteaba al azar sobre la hierba. La mariposa parecía una persona que, en plena búsqueda, hubiera olvidado que estaba buscando. Tras cinco minutos de búsqueda infructuosa la mariposa desapareció".

Haruki Murakami, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Tusquets Editores (Maxi), Buenos Aires, octubre 2008.