
cada nota, el silencio que separa una nota de la otra, una y otra vez la misma canción, la misma lluvia rojiza salpicándome por la espalda, una herida más en el cuerpo, la marca incandescente sobre el cuero desnudo de un ternero abandonado
esta vez, cuánto hilo cuántas puntadas tendré que dar para suturar la trama la tela desgarrada?
Paula Aramburu, 23/03/09
|